Tienen pensado abrir una sede en España, ¿qué servicios ofrece PI Berlin? ¿A quiénes van dirigidos?
PI Berlin es una asesoría técnica con sede en Berlín y centrada exclusivamente en FV. Nuestro portfolio de servicios cubre todas las fases de un proyecto: desde auditorías de fábrica y supervision de la producción hasta una Due Diligence técnica de plantas en operación, pasando por revisión de la ingeniería y el estudio de producción, ensayos en módulos en uno de nuestros dos laboratorios acreditados o supervisión de obra y puesta en marcha. Trabajamos fundamentalmente para desarrolladores, bancos, entidades gubernamentales y epecistas, siendo algunos de estos entes antiguos clientes de la época del RD661. Tenemos también clientes para los que hemos trabajado en otros mercados y que han puesto ahora el punto de mira en España. Después de 10 años, volvemos a España con muchas ganas.
¿Qué opina de las expectativas de crecimiento del mercado español? ¿Cree que ha madurado respecto a la situación de hace 10 años?
Las expectativas no pueden ser mejores, creo que esto es algo de lo que todo el mundo es consciente. El hecho de que hayamos decidido afincarnos en España en 2019 y no en 2007 se debe fundamentalmente a que ahora sí percibimos signos de durabilidad y sostenibilidad en el mercado FV español y esto nos impulsa a dar el paso. Creo que la madurez del mercado la aportan no solo las leyes o una coyuntura política favorable, sino tambien los actores del mercado que serán los grandes responsables de cristalizar un sueño colectivo en una realidad tangible y acorde a las expectativas actuales. Hablo en primera línea de epecistas, fabricantes, asesores, empresas de O&M o fondos de inversion, muchos de los cuales vuelven a casa reforzados por el aprendizaje en otros mercados y con muchas horas de vuelo.
¿Hay algún problema de calidad recurrente en España? ¿A qué se deben los problemas más frecuentes: clima, procedencia de los equipos, instalación?
Opino que los problemas a los que se va a enfrentar España no diferirán mucho de aquellos que hemos podido observar en otros mercados con condiciones de contorno similares, es decir, crecimiento exponencial y ausencia de subsidios.
En esta línea, veo cinco grandes retos a día de hoy:
(i) riesgos comerciales en la gestión de las garantías de producto y de performance fruto de una creciente complejidad en los contratos cuando, por ejemplo, un desarrollador asume la compra de los equipos principales, subcontrata el resto del EPC y luego vende la planta a un tercero, aquí no puede quedar ningún cabo suelto desde el punto de vista técnico y legal;
(ii) conocer y mitigar los riesgos y degradaciones inesperadass asociados a las nuevas tecnologías de módulos, por ejemplo la degradación inducida por temperatura en módulos PERC;
(iii) inversiones multimillonarias con un mayor riesgo financiero y donde desviaciones mínimas en los retornos pueden tener consecuencias desastrosas;
(iv) conocer y combatir los factores de estrés ambiental que se dan en mayor o menor medida en la Península Ibérica debido a su heterogeneidad climática y que son responsables de una degradación acelerada de los equipos; y finalmente
(v) no subestimar el rol clave del control de calidad. En ocasiones invertir o no 15.000 € en una auditoria de fábrica o abordar con imprecisión un estudio de producción pueden ser aspectos clave en la bancabilidad de un proyecto. Existen 4 o 5 hitos clave en el control de calidad de un proyecto y la mayoría de ellos se dan antes de instalar el primer módulo.
¿Existen entidades españolas para la certificación de productos como, por ejemplo, en Alemania? ¿Es suficiente la certificación para garantizar la calidad?
La normativa aplicada en España en materia de FV es fundamentalmente normativa internacional (IEC) y regional (EN) o normativa homologada. Estas normas y directrices van sin embargo, aquí y en el resto del mundo, varios pasos por detrás de la industria, y por sí solas no son capaces de asegurar la durabilidad y funcionalidad de los componentes de una planta FV. Existe una gran cantidad de buenas prácticas industriales que aún no han sido traducidas a normas, y que deben formar parte de los requerimientos técnicos de una licitación, de un contrato de EPC o de un acuerdo de suministro de módulos. La certificación es una condición necesaria, pero no suficiente.
Al hilo de la pregunta anterior, en Europa está vigente el procedimiento de operación 12.2. “Instalaciones conectadas a la red de transporte y equipo generador: requisitos mínimos de diseño, equipamiento, funcionamiento, puesta en servicio y seguridad», que España aprobó en febrero. ¿Cree que es necesario, además, un control de calidad para los módulos que se fabriquen en Europa?
Sí. Hoy en día no se puede decir que los módulos europeos sean mejores que, por ejemplo, los chinos, o viceversa. En los últimos años hemos realizado 245 auditorías de fábrica para 116 fabricantes de módulos a nivel mundial y tenemos una sólida base de datos que nos ayuda a conocer bien el mercado y asesorar correctamente a nuestros clientes. Los retos tecnológicos, tanto a nivel conceptual como a nivel de ensamblaje o caracterización son comunes para muchos fabricantes, por ello un desarrollador debe abordar el control de calidad a la hora de contratar a un fabricante por primera vez, con el mismo nivel de detalle independientemente de si es un así llamado Tier 1 o Tier 3. Hemos tenido casos en los cuales fabricantes Tier 1 han presentado desviaciones graves en el proceso de fabricación y en otro casos han sido fabricantes Tier 2 o Tier 3 los que nos han sorprendido con unas nota de corte altas.
Por último, hay que tener en cuenta que muchos fabricantes europeos venden módulos “Made in EU” a pesar de que las fábricas se encuentran en China o Malasia, mientras que los que fabrican en Europa compran en muchos casos componentes como el vidrio o el aluminio en China. Algunos fabricantes chinos se han hecho incluso con fabricantes europeos en quiebra, instalándose así directamente en territorio europeo.
Con esto quiero decir que la fabricación y suministro de componentes FV, entre ellos los módulos, no se llevan a cabo en el marco de un único país o continente. En otras palabras, los módulos europeos de hoy son más chinos de lo que eran hace 10 años.
A principios de septiembre, Bruselas decidió eliminar el MIP a las importaciones de módulos y células chinas. ¿Qué repercusiones tendrá esta medida para los fabricantes europeos? ¿Qué opina PI del antidumping o las normas de contenido local?
En principio no son malas noticias para todos. El antidumping supuso en su momento una defensa frente a unos precios artificialmente bajos que conllevaron la desaparición de muchos fabricantes. Pero esto a su vez llevó a que fabricantes europeos de determinados componentes de los módulos FV subieran sus precios en vista de que se habían librado de la competencia china. Paradójicamente, ahora que los precios de los módulos FV han alcanzado valores muy bajos, las medidas antidumping parecen ser perjudiciales para los fabricantes o importadores de módulos por estar obligados a comprar productos artificialemnte altos. Hoy en día, las medidas antidumping están generando problemas para determinados actores del sector y Europa necesita importación barata para subsistir en el mercado. Aún así, y una vez que las fronteras se abran, los fabricantes europeos tendrán que aportar algo diferente para sobresalir, ya sea un after-sales excelente, garantías más altas de rendimiento, garantías de producto más largas o evidencias de durabilidad más avanzadas tanto en módulos de segunda como de tercera generación.
El antidumping ayudó en su momento cuando los precios de los módulos chinos estaban por debajo del valor real del mercado, hoy en día, y en vista de que este ha bajado a casi una décima parte del precio de hace 10 años, estas medidas proteccionistas han alcanzado cierto grado de obsolescencia.
Epecistas e instaladores tienen plazos y márgenes muy ajustados en España. ¿Influye esto en la calidad?
Claramente. La mayoría de los fallos que se cometen en las fases de desarrollo, construcción y operación, son fácilmente evitables con un plan de control de calidad relativamente sencillo. En este punto quiero remarcar que dicho control de calidad no debe centrarse solo en los módulos, sino que debe extenderse a otros componentes de la planta, a los valores de entrada del modelo financiero, a las garantías de los contratos o al plan de mantenimiento, entre otros. Algunos desarrolladores siguen creyedo que un CAPEX bajo implica un retorno alto y en muchas ocasiones pasa justo lo contrario: la planta comienza a mostrar índices de rendimiento inesperadamente bajos fruto de fallos sistémicos, lo cual se traduce en una producción inferior a la pronosticada o a un valor de venta menor en el mercado secundario. Hoy en día, por menos del 0,3 % del CAPEX, un desarrollador puede contratar un paquete de control de calidad completo abarcando todos las fases: desde la auditoria de fábrica hasta la supervisión de la puesta en marcha. En el caso de los epecistas, el modelo de negocio es obviamente otro, muchos se desvinculan del proyecto tras finalizar la garantía de contrato, con lo cual sí les interesa un CAPEX bajo y tiempos de instalación cortos. Es aquí donde el asesor, actuando como ingeniero de la propiedad, debe velar por la durabilidad y funcionalidad del proyecto más allá de la fecha de expiración de la garantía del EPC, y para ello sugerirá apuntalar en primer lugar el contrato de EPC con cláusulas que reduzcan el riesgo del inversor.
En los últimos años, casi el 90 % de los fabricantes en España ha cerrado o está en concurso de acreedores. ¿Cree que con las nuevas perspectivas de instalación renovable surgirán nuevos fabricantes o no merece la pena la inversión?
Yo creo que la fotovoltaica ha venido para quedarse. La coyuntura ahora es muy distinta a la de los inicios del RD661 y esto se va a notar en la creación de muchos puestos de trabajo directos e indirectos. El tejido industrial se va a reforzar en todos los segmentos, y el de la fabricación de módulos es uno de ellos. Si bien muchos fabricantes españoles se han visto obligados a bajar la persiana, ha habido algunos que han resistido y han seguido activos hasta hoy. A estos y a los que se les unan creo que les vienen años buenos.
Le traslado una pregunta que nos ha llegado a la redacción por correo electrónico: ¿Acabaremos dependiendo de la fabricación china como dependemos ahora del petróleo árabe?
En realidad, ya dependemos en gran medida de China, tanto en relación con los módulos como con otros componentes. En 2017, más del 90 % de los módulos se fabricaron en China y el 53 % de la fabricación mundial se empleó en la construcción de plantas en este país. Si a esto añadimos que algunos fabricantes chinos ya están produciendo directamente en mercados como la India, creo que queda claro el papel que juega en estos momentos China en el desarrollo del sector. A nivel de precios, la demanda de módulos en China es casi como el termómetro de la estabilidad de la oferta a nivel mundial, así que la influencia de este país es multifactorial y no va a cambiar a corto plazo.
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