Que el mundo académico y de la investigación han de tener un papel preponderante si queremos cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU es un hecho que muy pocos actores del sector ponen en duda. Con este fin último, se convocó el pasado 27 de marzo a diferentes representantes del sector energético y de la sociedad civil en el espacio Mares de Energía, promovido por el Ayuntamiento de Madrid.
Este evento, liderado por la Universidad Politécnica de Madrid a través del Instituto de Energía Solar, forma parte del Proyecto GRECO del Programa H2020. Se trata de un proyecto piloto de la Comisión Europea que busca demostrar cómo pueden aplicarse conceptos de ciencia abierta para el desarrollo de productos innovadores socialmente responsables, ejemplificado en el ámbito de la investigación en energía fotovoltaica.
Vayamos por partes. ¿Qué es esto de la ciencia abierta (también conocida por el anglicismo Open Science)? La ciencia abierta es un movimiento que aboga por una accesibilidad total a las investigaciones científicas, metodologías y datos obtenidos a partir de ellas y que puedan ser distribuidas, reutilizadas y accesibles para toda la sociedad de forma gratuita y libre.
El ejemplo quizá más relevante de proyecto de ciencia abierta es el Gran Colisionador de Hadrones del CERN.
Así pues, el Proyecto GRECO pretende, mediante la aplicación del concepto de Investigación e Innovación Responsables, orientar la innovación y el desarrollo de productos hacia los desafíos actuales del sector fotovoltaico.
Para lograr identificar estos desafíos, se nos convocó a diferentes representantes del sector energético y de la sociedad civil en un entorno colaborativo y abierto.
Dentro de las diferentes mesas redondas que tuvieron lugar en el evento del pasado 27 de marzo, se destacó la necesidad de formar o “evangelizar” a la sociedad en cuanto a los beneficios de la energía solar fotovoltaica y la urgencia con la que esta “evangelización” ha de ser llevada a cabo. Los alarmantes datos climáticos de las últimas semanas nos deben hacer reflexionar acerca de la necesidad de un cambio urgente de modelo energético. En este nuevo modelo, las energías renovables – y en particular la energía solar fotovoltaica – han de tener un papel predominante.
En el caso concreto del mundo académico, es especialmente importante que la academia escuche y sea sensible a los retos tecnológicos de la energía solar fotovoltaica. De este modo, los progresos logrados por el mundo académico podrán ayudar al sector fotovoltaico en retos tales como la integración en la red de la mayor cantidad posible de proyectos.
Además, se da la casualidad de que el entorno universitario es un campo de demostración perfecto para la integración de diferentes tecnologías renovables en microrredes. De esta forma, la demostración y el ejemplo son la mejor herramienta para hacer llegar a todos los estudiantes universitarios una nueva realidad energética que pasa por un nuevo modelo de generación, además de apostar por el ahorro y la eficiencia.
Afortunadamente el mundo académico no está sólo en esta cruzada por lograr mayor conciencia y apostar por este nuevo modelo. Las asociaciones empresariales como la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) también tenemos la responsabilidad de seguir creando opinión y tendencia en favor del sector renovable y fotovoltaico en particular en nuestro caso.
Adicionalmente, un actor fue remarcado como muy importante en casi todas las conversaciones: la administración pública en todos sus niveles (local, regional, nacional y supranacional).
Es fundamental que, más allá de partidos políticos, se puedan promover entornos que favorezcan el cambio de modelo para superar los retos que tenemos por delante. Se remarcó por ejemplo la necesidad de transmitir los beneficios del autoconsumo y la nueva realidad legislativa que le acompaña. Esta nueva realidad, de la mano de la ansiada aprobación del RD de Autoconsumo, ha de ser el empujón definitivo para un sector que aún tiene todo el camino por recorrer repercutiendo en el beneficio de todos.
En definitiva, el Proyecto GRECO es una excelente iniciativa que busca acortar la distancia existente entre el mundo académico y el mundo empresarial, de modo que la innovación y el desarrollo de productos pueda ayudar a implementar un nuevo modelo energético lo antes posible. Es una muestra de que el mundo universitario está haciendo un esfuerzo para lograr una transición ecológica cada día más urgente pero que, no debemos olvidar, es responsabilidad de todos.
Javier Rubio, Responsable de coordinación con asociados y relaciones internacionales, UNEF
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