Marruecos es considerado en la actualidad como el candidato más candente para la producción de combustibles sintéticos: el Estado tiene una alta radiación solar y mucho viento, grandes áreas no utilizadas y un Gobierno que se muestra muy favorable a las energías renovables. En un estudio encargado por la Asociación Energética Germano-Marroquí Parema, el Instituto Fraunhofer para la Investigación de Sistemas e Innovación (ISI) identificó las oportunidades y riesgos asociados a Power-to-X (PtX) para el país norteafricano.
Según el estudio, Marruecos podría cubrir entre el dos y el cuatro por ciento de la demanda mundial, un mercado de entre 100.000 y 680.000 millones de euros en 2050. Especialmente para el amoníaco sintético, que es la base de los fertilizantes, existe un gran potencial. «Marruecos importa de uno a dos millones de toneladas de amoníaco fósil al año. Para el año 2030, el país podría producir esta cantidad por sí mismo de forma neutral para el clima utilizando PtX y también exportar una cantidad similar», dice el director del proyecto Wolfgang Eichhammer de Fraunhofer ISI.
Sin embargo, Power-to-X también conlleva riesgos y desventajas, enfatizan los autores del estudio. «Si los combustibles fósiles fueran completamente reemplazados por fuentes de energía sintéticas, la cantidad de electricidad que se generaría a partir de fuentes renovables se multiplicaría», dice Eichhammer. «Esto tendría efectos masivos sobre el medio ambiente y los recursos en Marruecos, por ejemplo, un mayor consumo de tierras, agua y recursos.
El investigador de Fraunhofer recuerda la discusión sobre los biocombustibles y su sostenibilidad, por ejemplo a través del desplazamiento de tierras agrícolas en Brasil o Malasia. «Las inversiones en tecnologías que sustituyen a los combustibles fósiles, pero que conllevan otros riesgos ecológicos, deben ser cuidadosamente consideradas y vinculadas a criterios de sostenibilidad», explica Eichhammer.
Otra cuestión delicada es el origen del carbono necesario para producir fuentes de energía carbonatadas sintéticas. Aunque la separación directa del aire es técnicamente posible, sigue siendo costosa en la actualidad. «La eficiencia energética, es decir, la reducción de la demanda y la limitación del PtX a las áreas de aplicación más relevantes, es la máxima prioridad», dice Eichhammer. «Además, PtX no debe competir con la descarbonización general del sector eléctrico, ya que la expansión de las energías renovables no puede avanzar a ninguna velocidad».
Por Ralph Diermann
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