UNEF presenta una Estrategia Industrial para que el sector fotovoltaico sea un motor clave de la economía nacional

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La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) ha entregado hoy al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico un documento en el que se plantean una serie de medidas y reformas que deberían estar a la base de la Estrategia Industrial Fotovoltaica, necesaria para que el sector fotovoltaico se convierta en uno de los motores de la economía nacional y nuestro país en un hub fotovoltaico internacional.

Según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), hasta 2030 se deberán instalar unos 30 GW de nueva potencia fotovoltaica lo que, en términos económicos, supone una inversión del orden de 20.000 millones de euros.

Esta fuerza inversora es una gran oportunidad para la consolidación del sector industrial fotovoltaico español. “El objetivo debe ser, en los casos en los que sea económica y técnicamente sostenible, la producción nacional de las tecnologías necesarias para construir la nueva capacidad fotovoltaica. No podemos correr el riesgo de que en 2030 tengamos una energía más limpia, pero haber desperdiciado la ocasión de que la transición ecológica sea palanca para una verdadera revolución industrial ‘verde’” ha afirmado Arancha Martínez, presidenta de UNEF.

España cuenta con un fuerte sector industrial fotovoltaico nacional

España tiene una fuerte posición en la cadena de fabricación de la tecnología fotovoltaica, al contar con empresas con tecnología propia en los elementos con mayor valor añadido de la cadena de valor (electrónica de potencia, seguidores, estructuras, diseño, epecistas, promotores) y con empresas líderes a nivel mundial, especialmente en la fabricación de seguidores solares y de inversores.

Además, el sector fotovoltaico, en su conjunto, tiene un considerable impacto en la economía nacional, con una contribución al PIB de más de 5.000 millones de euros en 2018, cuando el sector tenía una actividad moderada comparado con 2019, y empleando alrededor de 60.000 personas (entre empleo directo, indirecto e inducido) antes del comienzo de la crisis por Covid-19. Asimismo, en 2018 el sector fotovoltaico ha supuesto una contribución directa al PIB español del 0,22% y el impacto económico de las exportaciones ha alcanzado los 1.522 M€.

En los próximos años, estas cifras podrían aumentar significativamente con una decidida apuesta por la fabricación nacional de componentes fotovoltaicos. Nuestro país tiene una gran ventaja competitiva con respecto a los países de nuestro entorno: un mejor recurso solar y territorio disponible para desarrollarlo.

La Estrategia Industrial Fotovoltaica debería incluir medidas en cinco ejes: Sector eléctrico, Política industrial, Innovación y Desarrollo, Comercio exterior y Formación.

 En el documento presentado hoy, UNEF propone las siguientes medidas y reformas:

1.     Sector eléctrico: Es necesario garantizar un desarrollo estable de la nueva capacidad fotovoltaica, que deberá reactivarse rápidamente tras las crisis de la Covid-19, adoptando una visión de medio plazo que asegure que se introducen 2-3 GW al año de nueva capacidad. La previsión de un mercado estable y predecible supone una mayor apuesta por parte de los actores económicos por las inversiones en I+D+i y en capacidad manufacturera.

2.     Política industrial: Es necesario diseñar e implementar una estrategia para consolidar la industria fotovoltaica nacional, buscando la movilización de la inversión privada y fomentando la digitalización, así como promover que el sector fotovoltaico sea reconocido como una cadena de valor de importancia estratégica para Europa.

3.     Innovación y Desarrollo: Es necesario implementar un programa de innovación de tecnologías limpias para mantener la ventaja competitiva del sector industrial fotovoltaico nacional, generando las posibilidades para que los centros tecnológicos se conviertan en centros de excelencia a nivel mundial, así como fomentar la hibridación y el almacenamiento. Además, es clave avanzar en la digitalización del sistema eléctrico, poniendo a disposición de las empresas las mejores tecnologías disponibles basadas en redes 5G, transformación que va a condicionar la competitividad futura de las mismas.

4.     Comercio exterior: España tiene que constituirse como hub fotovoltaico, aprovechando el tejido industrial nacional del sector y las oportunidades que ofrece el mercado internacional de la energía fotovoltaica que está en plena expansión. Con el fin de impulsar la exportación de equipos fotovoltaicos para mejorar la balanza comercial, proponemos considerar las empresas del sector fotovoltaico en los programas de promoción de exportaciones e inversiones, firmar acuerdos comerciales para eliminar las barreras a la exportación de componentes fotovoltaicos nacionales, introducir líneas de avales para fabricantes exportadores y continuar el Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM) para para ayudar a mejorar la competitividad de los productos nacionales en el entorno internacional.

5.     Formación: La nueva capacidad fotovoltaica que se está instalando en España está generando un número considerable de empleos y para cubrir esta demanda de nuevos profesionales hay que adoptar medidas de formación y capacitación, como son programas de formación local en empleos de construcción y mantenimiento de plantas fotovoltaicas y planes de formación para la transición justa para la reconversión hacia el sector fotovoltaica de profesionales y zonas afectadas.

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