La columna de UNEF: El fabricante del rey

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La Agencia Internacional de la Energía ha publicado recientemente el World Energy Outlook 2020 (WEO 2020), el estudio de referencia de la Agencia, que aporta un análisis certero del contexto actual del sistema energético a nivel mundial y la mejor previsión sobre cómo se desarrollará en las próximas décadas.

La Agencia destaca en primer lugar cómo la pandemia del covid-19 ha generado un shock de demanda en el sector energético, mayor que el causado por la crisis financiera de 2008 y cualquier otro evento en la historia reciente. Según la AIE la demanda mundial de energía se reducirá en un -5% en este 2020, pero de forma distinta según la tecnología. Los combustibles fósiles sufrirán las mayores caídas: el petróleo caerá un -8%, el carbón un -7% y el gas natural un -3%; y con ellos las emisiones de CO2, que se reducirán un -7%. Por su parte, la electricidad es el vector menos golpeado, con un -2% y las renovables son la única fuente de energía que crece, con un +1%.

Ante estos datos, cabe preguntarse: ¿Estamos ante un punto de no retorno en la transición energética? ¿Estamos cerca del famoso pico del petróleo? Algunas empresas del sector Oil & Gas, como BP, consideran que sí. La Agencia es más cauta. Para la AIE, sin impulsos políticos adicionales, es demasiado pronto para asegurar que se vaya a producir una rápida disminución del consumo de petróleo a nivel mundial.

Aunque la AIE prevé que las emisiones globales tardarán más en recuperarse que tras la crisis financiera de 2008, para la Agencia el mundo está todavía muy lejos de una recuperación sostenible. Si bien es cierto que la pandemia reducirá temporalmente las emisiones, una crisis económica, avisa la Agencia, no es una estrategia de lucha contra el cambio climático. La AIE insiste en que debe implementarse plan masivo de inversión en energía limpia, por su capacidad para impulsar la recuperación económica al mismo tiempo que se crean empleos y se reducen las emisiones.

En este futuro sostenible, hay una tecnología que destaca sobre todas las demás, la energía solar fotovoltaica, que para la Agencia es el nuevo rey del mercado eléctrico a nivel mundial al haberse convertido en la energía más competitiva económicamente de la historia. En consecuencia, en todos los escenarios, la fotovoltaica es la tecnología más instalada a nivel mundial en las próximas décadas.

En el escenario Stated Policies (STEPS), que sirve de contraste y representa las políticas ya anunciadas, la instalación anual media de fotovoltaica durante la década 2020-2030 a nivel mundial es del orden de 120 GW anuales.

Hay que resaltar que este escenario STEPS no es compatible con los objetivos de descarbonización, al aumentar la temperatura global 2,7 ºC en 2100 frente a niveles preindustriales. Por ello la AIE plantea un escenario alternativo, el Sustainable Development (SDS) que asume que el pico de emisiones se habría producido en 2019 y no se recuperará tras la crisis gracias a una recuperación sostenible de la economía.

Aunque, para alcanzar esta recuperación sin aumento de emisiones, la AIE advierte que se requerirá una transformación estructural del sector energético y una inversión masiva en nuevos modos de producción, más eficientes y limpios. En este escenario, la fotovoltaica instalará en media 230 GW anuales de nueva capacidad anual en la década 2020-2030.

Aun siendo muy ambicioso, el escenario SDS no llega a alcanzar una plena descarbonización de la economía para 2050, como es el objetivo de la Unión Europea entre otros. Por ello, la AIE plantea el escenario de emisiones netas a 2050 (NZE 2050). En este escenario, la reducción de la demanda de combustibles fósiles y la inversión en nueva capacidad renovable son aún mayores. Para cumplir con este escenario, se deberán instalar en media 303 GW anuales de nueva capacidad fotovoltaica en la década de 2020-2030.

Frente a los 115 GW de capacidad fotovoltaica instalada en 2019, los escenarios planteados por la Agencia en el WEO 2020 implican que habrá que instalar a nivel mundial entre el doble y el triple de la capacidad instalada actualmente de fotovoltaica para cumplir con los objetivos de descarbonización.

Para UNEF los resultados del WEO 2020 suponen un impulso a lo que ya venimos reclamando: que una recuperación sostenible de la crisis pasa necesariamente por el sector fotovoltaico. Y no solo en su vertiente de construcción de plantas, también por su sector económico asociado, que genera actividad industrial y empleo.

Tenemos que ser conscientes, como país, de la oportunidad que suponen para España las previsiones de la Agencia. En la próxima década, con toda la nueva capacidad fotovoltaica a construir a nivel mundial, las empresas fabricantes españolas -algunas líderes mundiales- podrán aprovechar la alta demanda que habrá para sus equipos en todo el mundo.

Por ello, en UNEF no nos detenemos ni un minuto en sacar pecho por estos números. En su lugar, reclamamos que debe actuarse con urgencia implementando una Estrategia Industrial Fotovoltaica, que consolide el sector de fabricación de componentes nacional y constituya a nuestro país como un hub fotovoltaico internacional, como lo ha sido el sudeste asiático con los paneles.

Si la fotovoltaica es el nuevo rey del sistema eléctrico a nivel mundial, España debe ser su fabricante.

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