Más de un mes ha transcurrido desde que comenzara, a las 14:13 horas del 19 de septiembre, la erupción del volcán Dorsal de Cumbre Vieja, en La Palma. Aunque se inició en el paraje de Cabeza de Vaca, cercano a la localidad de El Paraíso del municipio de El Paso, a día de hoy, la lava ha llegado a la zona urbana de La Laguna.
En la zona de Las Manchas, en el municipio de El Paso, se encuentra una planta fotovoltaica de 1 MW que desarrolló Gamesa Solar, posteriormente adquirida por el fondo de inversión estadounidense First Reserve Corporation, y que se inauguró en 2008.
Ocupa un terreno de 1,7 hectáreas y, según el comunicado difundido por Gamesa el año de su inauguración, constaba de unos 5.000 módulos fotovoltaicos, cubiertos a día de hoy por un metro de ceniza.
El diario digital Nius publica que los bomberos están tratando de limpiar los tejados de las casas cercanas a la planta fotovoltaica para evitar que el viento arrastre aún más ceniza sobre las placas, y estarían esperando a que el volcán deje de escupir lava para empezar a limpiar y comprobar el estado real de los paneles. “Solo entonces se podrán valorar las pérdidas ocasionadas. Sus propietarios son conscientes de que es probable que la tengan que reconstruir de cero”, dice el diario.
En pv magazine hemos tratado el efecto del calor extremo sobre los paneles y su rendimiento y también el de la nieve, después de que el temporal Filomena cubriera un tercio de la superficie de España por un tupido manto blanco a principios de este año.
Pero, ¿qué pasa si lo que cubre por completo los paneles es la ceniza de un volcán? “En principio no hay que dar por perdidos los paneles, con un metro de nieve tampoco se inutilizan definitivamente”, explica a pv magazine Asier Ukar, Director General y Consultor Sénior de la sede española de PI Berlin.
Dice Ukar que puede haber varios problemas: uno estructural, causado por el peso de la ceniza; que el vidrio esté rayado por la ceniza o posibles piedras; y que haya corrosión química en el folio posterior si la ceniza contiene compuestos agresivos como ácidos o sulfuros.
“Todo esto se sabrá al quitarla”, –dice Asier Ukar– pero los paneles soportan entre 2.400 y 5.400 Pa, depende lo que se haya testado según la IEC 61215, así que, si la ceniza es ligera, no habría problema estructural”.
Respecto a la posibilidad de que la ceniza o piedras hayan rayado el vidrio, “tampoco se inutilizarían los paneles, simplemente habría más pérdidas en la transmisión de luz a través del vidrio”.
Finalmente, la posible corrosión química en el folio posterior causada por compuestos agresivos de la ceniza, como ácidos o sulfuros, “no sería algo muy grave si la retiran pronto, pues en principio los paneles solo están cubiertos por la parte delantera”.
Finaliza diciendo que “tampoco se generarán hot spots, porque la cubrición es homogénea. Sinceramente, no lo veo grave”, concluye.
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