El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha sancionado la Ley de Reducción de la Inflación (Inflation Reduction Act, IRA) de 2022 que el Congreso aprobó recientemente y que supone el mayor paquete de gastos en materia de clima y energía de la historia del país. El enorme proyecto de ley sobre energía, clima e impuestos incluye 600.000 millones de dólares de gasto, de los cuales 370.000 millones se dedican a apoyar las energías renovables y la resiliencia climática.
La energía solar está llamada a desempeñar un papel fundamental en la descarbonización y deslocalización de la energía estadounidense. Para 2030, se calcula que el IRA llevará a la instalación de 950 millones de paneles solares, 120.000 turbinas eólicas y 2.300 plantas de almacenamiento con baterías a gran escala.
La clave de esta expansión es la ampliación de 10 años del crédito fiscal a la inversión al 30% para proyectos comerciales y residenciales, incluidos los instalados en 2022. Para los proyectos solares de mayor tamaño, por encima de 1 MW, el crédito fiscal es por defecto del 6%. Para poder optar al 24% adicional, los obreros y mecánicos que instalen los proyectos de energía solar deben recibir los salarios vigentes. Hay un 10% más por tener una cantidad específica de contenido nacional en un proyecto, otro 10% por situar los proyectos en lugares específicos, y créditos adicionales para la producción de energía limpia.
El gasto se apoyará en el cierre de las lagunas fiscales de los estadounidenses más ricos y de las empresas. La administración dijo que 55 de las mayores corporaciones no pagaron impuestos en 2020, y se estima que el 1% de los que más ganan evitan 160 millones de dólares en impuestos cada año. Al cerrar las lagunas fiscales y aplicar un impuesto mínimo del 15% a las empresas más grandes y rentables, se espera que la IRA ahorre a Estados Unidos más de 124.000 millones de dólares en los próximos 10 años.
Las disposiciones sobre fabricación nacional son fundamentales en esta ley. Los créditos fiscales a la producción, unos 30.000 millones de dólares, se destinarán a la fabricación estadounidense de paneles solares, turbinas eólicas, baterías y procesamiento de minerales críticos. Además, se distribuirán 10.000 millones de dólares en créditos fiscales a la inversión para instalaciones que fabriquen vehículos eléctricos, turbinas eólicas y paneles solares.
La IRA obliga a reducir las emisiones de carbono en todo el país en aproximadamente un 40% en 2030. El paquete de políticas también tiene como objetivo crear ahorros de energía para los estadounidenses. El gobierno de Biden dijo que 7,5 millones de familias más podrán instalar energía solar en sus tejados con un crédito fiscal del 30%. Las familias que se acojan a los créditos fiscales por energía limpia, eficiencia y vehículos eléctricos ahorrarán más de 1.000 dólares al año.
La Ley de Producción de Defensa cuenta con 500 millones de dólares para bombas de calor y procesamiento de minerales críticos, y se destinarán 2.000 millones de dólares en subvenciones para mejorar las instalaciones de fabricación de automóviles existentes para crear vehículos limpios como los VE y los híbridos. Junto con estos fondos, se dispondrá de hasta 20.000 millones de dólares en créditos para la fabricación de vehículos limpios. Unos 2.000 millones de dólares se destinarán a los laboratorios nacionales para acelerar la investigación energética de vanguardia.
Investigadores de la Universidad de Princeton, el Dartmouth College, Evolved Energy Research y Climate Impact Consulting señalaron en el Rapid Energy Policy Evaluation and Analysis Toolkit (REPEAT) que, como consecuencia de la IRA, el despliegue de la energía solar puede quintuplicarse y pasar de los 10 GW de capacidad añadida por año desde 2020 hasta los 49 GW anuales que se darán en 2024. Según los investigadores, a partir de 2030 podrán instalarse más de 100 GW al año. Para ese año, se estima que la inversión en energía solar alcance los 321.000 millones, casi el doble de la cifra de 177.000 millones prevista con la política actual. Según el informe, la ley supondría casi 3,5 billones de dólares de inversión de capital acumulada en el nuevo suministro energético estadounidense durante la próxima década.
Se espera que el gasto energético anual de Estados Unidos se reduzca al menos un 4% en 2030 con la ley, lo que supone un ahorro de casi 50.000 millones de dólares al año para los hogares, las empresas y la industria.
«El proyecto de ley que estoy a punto de firmar no se trata solo de hoy, se trata del mañana. Se trata de entregar el progreso y la prosperidad a las familias estadounidenses», ha dicho el Presidente del país, Joe Biden, durante la firma.
El texto completo de la ley puede consultarse aquí: H.R. 5376 – Inflation Reduction Act of 2022.
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