Von der Leyen recalca que “es necesario responder a la iniciativa de Estados Unidos”

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El mes pasado, la Unión Europea ya hizo pública su preocupación por los requisitos de producción de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de Estados Unidos. Ambos países se mostraros dispuestos a buscar una solución para los aspectos clave de los requisitos de producción “discriminatorios” de dicha Ley, el mayor paquete de medidas sobre clima y energía de su historia. La UE dijo que podría llevar el caso a la Organización Mundial del Comercio si no se lograba un compromiso.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dicho este domingo en un discurso en el Colegio de Europa en Brujas (Bélgica) que la Unión Europea debe adaptar sus normas sobre ayudas estatales en respuesta al enorme paquete de subvenciones – que incluye ayudas por 369.000 millones de dólares a las industrias sostenibles– que Estados Unidos destinará a las energías renovables y descarbonización en el marco de la Ley. “La UE debe actuar para evitar que las inversiones sean atraídas al otro lado del Atlántico”, ha dicho.

Von der Leyen recalca que “es necesario responder a la iniciativa de Estados Unidos”. En concreto, dice que «la Ley de Reducción de la Inflación debe hacernos reflexionar sobre cómo podemos mejorar nuestros marcos de ayudas estatales y adaptarlos a un nuevo entorno global», dijo von der Leyen. «La nueva política industrial asertiva de nuestros competidores requiere una respuesta estructural».

Los funcionarios de la Comisión han estado tratando de persuadir a la administración Biden para que ajuste el paquete del IRA de modo que las empresas de la UE puedan también optar a la ayuda estadounidense. Hoy se reúne el Consejo de Comercio y Tecnología UE-EE UU.

«Tenemos que hacer nuestros deberes en Europa y, al mismo tiempo, trabajar con Estados Unidos para mitigar las desventajas competitivas», dijo la presidenta de la Comisión, que se muestra a favor de la cooperación y no tanto de la confrontación. Hay tres aspectos «particularmente preocupantes»: la lógica «Compra Americano», que subyace en parte de la ley estadounidense, los beneficios fiscales que «podrían llevar a discriminación» y los subsidios a la producción. En ese sentido, propone flexibilizar las normas de ayudas públicas, buscar nuevas fuentes de financiación comunitaria para una política industrial común y la cooperación con las autoridades estadounidenses en cuestiones clave para la transición verde, como las materias primas críticas.

 

Las propuestas de la ESCM

El Consejo Europeo de Fabricación Solar (ESCM) ha remitido recientemente una carta a la Comisión Europea proponiendo encarecidamente un objetivo de fabricación fotovoltaica de 80 GW para 2030, en lugar del objetivo de 30 GW para 2025 que se ha fijado. El escrito concreta 8 puntos clave:

1.Condiciones de igualación a la IRA, que podrían aplicarse en dos direcciones alternativas: a) mediante la aplicación de un modelo de incentivos fiscales; b) mediante subvenciones directas a los proyectos de fabricación.

2. Exenciones fiscales, garantías estatales, subvenciones de Capex y Opex: acceso a capital de bajo interés y subvenciones de OPEX para apoyar las inversiones de capital (de riesgo) para fomentar la inversión en instalaciones de producción.

3. Acuerdos de compra: Garantizar una demanda significativa de productos fotovoltaicos fabricados en la UE mediante acuerdos de off-take, incluyendo prepagos para la producción local. Esta medida catalizaría las inversiones en capacidades de fabricación fotovoltaica a gran escala en Europa.

4. Normas de la UE para los lingotes, las obleas, las células, el vidrio solar y los módulos importados en relación con la legislación laboral, las subvenciones ocultas, la huella de carbono y la circularidad. Estas permitirían excluir inmediatamente las importaciones en caso de que algún componente del producto importado no cumpla las normas de la UE.

5. Apoyo a las innovaciones.

6. Crear un vehículo financiero especial de, al menos, 20.000 millones de euros, siguiendo el ejemplo de la Ley Europea de Chips, y que permita un fácil ajuste de los mecanismos de financiación existentes, por ejemplo, los Planes Nacionales de Recuperación y Resiliencia.

7. Reducir los trámites burocráticos para la concesión de permisos, no solo para la implantación de la energía fotovoltaica, sino también para la construcción de plantas industriales de fabricación de energía fotovoltaica.

8. Reglamentos específicos de la UE, como, por ejemplo, exenciones del IVA para soluciones fotovoltaicas integradas. Tendría un efecto positivo acumulativo para la competitividad de la producción fotovoltaica europea.

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