Investigadores de la Universidad de California en Davis han descubierto que supuestamente la parte roja del espectro luminoso es más eficiente para el cultivo de plantas, mientras que la parte azul se aprovecha mejor para la producción de electricidad a partir de la tecnología solar. En “Not All Light Spectra Were Created Equal: Can We Harvest Light for Optimum Food-Energy Co-Generation?” (No todos los espectros de luz fueron creados iguales: ¿Podemos aprovechar la luz para una cogeneración óptima de alimentos y energía?), publicado recientemente en Earth’s Future, afirman que su descubrimiento podría mejorar la eficiencia de los sistemas agrivoltaicos.
“Los paneles solares actuales captan toda la luz e intentan aprovecharla al máximo”, explica Matteo Camporese, uno de los autores del artículo. “Pero, ¿y si una nueva generación de fotovoltaicos pudiera tomar la luz azul para obtener energía limpia y pasar la roja a los cultivos, donde es más eficiente para la fotosíntesis?”.
Los científicos desarrollaron un modelo de fotosíntesis y transpiración para tener en cuenta los distintos espectros de luz. El modelo reprodujo la respuesta de varias plantas, como la lechuga, la albahaca y las fresas, a distintos espectros de luz en condiciones controladas de laboratorio.
Los resultados sugieren que la parte azul del espectro luminoso transporta más energía potencial, aunque también es “la menos eficiente en términos de asimilación de carbono y uso del agua y podría filtrarse eficazmente para producir energía solar”, señalan los académicos. En cambio, el espectro rojo podría producir biomasa de forma eficaz y aumentar el rendimiento de los cultivos.
Los investigadores creen que su modelo podría servir de base para el futuro desarrollo de módulos solares semitransparentes con longitud de onda selectiva.
“La fotovoltaica orgánica (…) ofrece oportunidades únicas de ‘cosechar’ algunas partes del espectro de luz entrante para generar energía y dejar pasar sobre todo las partes del espectro que son más útiles para las plantas”, afirman los investigadores. “Para alcanzar plenamente este potencial, se necesitan modelos precisos de plantas que consideren explícitamente la luz… los espectros para calcular la productividad del cultivo”.
El estudio sugiere que los sistemas agrivoltaicos selectivos en longitud de onda podrían ser sensibles a factores ambientales y al tipo de cultivo. Los autores recomiendan utilizar estos sistemas en zonas con escasez de agua y no en zonas con irradiación solar limitada. También señalaron que ciertos cultivos, como las fresas, son menos sensibles a los tratamientos con distintos espectros de luz.
“Por lo tanto, este modelo podría utilizarse para evaluar de forma preliminar la idoneidad de distintas especies vegetales para su uso en agrivoltaica”, concluyeron.
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