¿Quimera o sueño? A consulta pública el nuevo PNIEC, que prevé añadir 56 GW fotovoltaicos hasta 2030

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El Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) ha anunciado que el borrador de actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) estará abierto a consulta pública hasta el 4 de septiembre. 

El texto prevé una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 32% respecto a 1990, frente al 23% fijado actualmente. La generación eléctrica renovable en 2030 será el 81% del total, “coherente con una trayectoria hacia un sector eléctrico 100% renovable en 2050”, afirman desde el Ministerio. La intención es que la presencia de las renovables en el uso final de la energía sea del 48%, superior a lo previsto en el Plan anterior, que había fijado alcanzar en 2030 el 42% de energía limpia. 

Para alcanzar ese objetivo, el Plan prevé para el año 2030 una potencia total instalada en el sector eléctrico de 214 GW, de los que 160 GW son de generación renovable, y 22 GW de almacenamiento tanto diario como semanal y estacional. 

Si bien explica que “el reparto entre distintas tecnologías es orientativo y dependerá de la evolución tecnológica, los costes, la disponibilidad y la capacidad de integración de las distintas tecnologías”, añade que “como estimación inicial”, prevé alcanzar en 2030 una potencia fotovoltaica instalada de 76 GW, incluyendo 19 GW de autoconsumo –el PNIEC anterior había fijado un objetivo de 39 GW–. A finales de 2022, la fotovoltaica contaba con 20.054 MW instalados, lo que implica un crecimiento de 56 GW.

Contempla, además, añadir 62 GW eólicos, incluyendo 3 GW de eólica offshore; 14,5 GW de hidráulica; y 4,8 GW solar termoeléctrica.

“En cuanto a tecnologías no renovables, se prevén en 2030 26,6 GW de ciclos combinados de gas y 3 GW nuclear, todas ellas centrales ya existentes en la actualidad”, añaden. 

Finalmente, el nuevo PNIEC aumenta a 11 GW la potencia de electrolizadores para generar hidrógeno verde, frente a los 4 GW previstos en la Hoja de Ruta actual.

Dentro de los objetivos específicos para tecnologías energéticas hipocarbónicas y limpias, se prevé el desarrollo de nuevos materiales y tecnologías; reducción de los costes en el desarrollo, construcción, operación y mantenimiento de grandes plantas; integración de la energía solar fotovoltaica en edificios, y otras infraestructuras y sectores (vehículo eléctrico, agrovoltaica, mobiliario urbano, fotovoltaica flotante, etc.); mejora de la gestionabilidad e integración en red de la generación fotovoltaica, y fabricación avanzada de tecnologías fotovoltaicas.

 

Inversión, independencia y flexibilidad

Tras la aplicación de las medidas incluidas en este Plan, las actuaciones en materia de renovables y eficiencia mejorarán la independencia energética del exterior desde el 27% en 2019 al 49% en 2030, lo que supone prácticamente duplicar el impacto en el aumento de la independencia energética exterior previsto en la edición anterior del Plan, mejorando en 10 puntos porcentuales en 2030; y, además, “tendrá un impacto muy favorable sobre la balanza comercial, suponiendo un ahorro de más de 90.000 millones de euros en importaciones”. 

Sobre la seguridad del suministro eléctrico en relación con la salida del carbón, adelantada a 2025, y parte de la nuclear en la generación eléctrica para 2030 (se retirarán cuatro de los siete reactores), contempladas ambas en esta actualización, el MITECO señala que la generación eléctrica retirada es compensada con la importante penetración de tecnologías de generación eléctrica renovable, en particular la solar y la eólica. 

Explica que “España ha desarrollado una fuerte apuesta por el almacenamiento energético”, y “también se promueve el uso de otras formas de flexibilidad como la gestión de la demanda. Estas tecnologías serán clave para integrar la producción renovable recogida en los escenarios de este borrador”. Finalmente, añaden que “será esencial la reforma del mercado eléctrico, actualmente en negociaciones a nivel europeo”.  

Desde el punto de vista de las inversiones, MITECO estima que las inversiones totales para lograr los nuevos objetivos alcanzarán los 294.000 millones de euros entre 2021-2030, repartidas en renovables (40%), ahorro y eficiencia energética (29%), redes (18%) y electrificación (12 %) y otras (1%). 

Primeras valoraciones, ¿sueño o quimera?

José Donoso, director de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), lo valora de manera positiva: “Creemos que son objetivos alcanzables. Si se avanza de manera adecuada con la tramitación, son planes realizables. Nuestra valoración es muy positiva, estamos de acuerdo con todos los incrementos planteados, en suelo, autoconsumo y en almacenamiento. En este punto hay que insistir: somos partidarios de que el almacenamiento crezca, es necesario, sobre todo, acelerar cuanto antes el marco regulatorio para que actué”, ha dicho por teléfono a este medio.

Preguntado sobre el plan industrial, que se menciona también en el borrador, Donoso explica que “si bien va por otro línea” –en relación a las manifestaciones de interés, IPCEI– “hay un presupuesto de 1.000 millones de euros, y vemos que cada vez hay más empresas de fabricación de paneles que estarían dispuestas a venir a España. Para que las iniciativas se consoliden, hay que atraer las empresas, y tramitar las autorizaciones administrativas con celeridad. Habría que impulsar un ‘welcome packet’ para facilitar la inversiones en nuestro país”, concluye.

 

Javier Revuelta, Senior Principal en AFRY Management Consulting, que ya había compartido con este medio «la difícil tarea de que un nuevo PNIEC cumpla todo lo que le pedimos que cumpla», opina para pv magazine que el nuevo borrador. «No se me antoja realista ni positivo para el sector generar una expectativa que veo inalcanzable por la imposibilidad de integrar tantas renovables, y por señales de precio que serán insuficientes ante la realidad física de más renovables que capacidad de integrarlas.

Me parecen improbables muchos elementos integradores de renovables como el hidrógeno, los vehículos eléctricos y el almacenamiento, y ello arrastra que no habría manera de integrar tantas renovables.

Pero no creo que nadie deba guiarse por el PNIEC sino por la rentabilidad de sus inversiones.

Lo que realmente importa, más allá de los números objetivo, es qué medios pone en marcha el gobierno, qué ritmo de subastas renovables y con qué precios máximos, qué subastas de capacidad firme y con qué diseño para posibilitar bombeos, cuánto dinero habrá para subvencionar plantas de hidrógeno, cómo se acelerará la tramitación eólica a un ritmo triple del actual si hasta los jueces están paralizando desarrollos… Todo esto está por ver, y es lo que dará luz al sistema energético que tendremos en 2030. Que el futuro se parezca mucho o poco a este PNIEC no creo que sea importante, al final los planes marcan direcciones y voluntades, y lo que importa es dar lo máximo en la linea de la descarbonización y reducción de costes.

Este PNIEC es un objetivo de correr un maratón en 1h45 minutos. Que al final lo corremos en 2h30? Ojalá, seguiría siendo un tiempazo. Lo importante ahora, más que unos números u otros más realistas, es trabajar por maximizar el ritmo: regular para acelerar almacenamiento, electrificación, redes, industria, acceso a la red…

Para mí no ha cambiado nada tras la publicación del PNIEC 2023. Han cambiado muchos números pero siguen las mismas incertidumbres que antes, los mismos retos, las mismas tareas para el Regulador. En todos los casos, década apasionante y de entre mucha y muchísima actividad!».

José María González Moya, Director General de APPA Renovables, afirma que «desde el sector renovable valoramos positivamente que se hayan revisado al alza los objetivos de renovables, en consonancia con la madurez de las tecnologías y su competitividad económica. Para alcanzar esos niveles de penetración renovable son muchos los sectores que deben impulsar su electrificación y descarbonización. Desde APPA Renovables hacemos un llamamiento para poner en marcha políticas activas que incentiven la electrificación, impulsando de forma decidida el vehículo eléctrico, la bomba de calor, el almacenamiento de energía renovable y la flexibilidad de la demanda. El Plan prevé unos 85 GW de nueva potencia renovable de aquí a 2030, que es más que duplicar la potencia instalada actual, mientras que el PNIEC prevé que la demanda de electricidad aumente un 12%, en contraposición con la disminución de demanda registrada en los últimos años. Es crucial que busquemos el equilibrio entre demanda y generación.

Los usos térmicos renovables, la movilidad sostenible y un fuerte desarrollo de los gases renovables, como el hidrógeno renovable y el biometano, serán fundamentales para alcanzar las metas fijadas a 2030. Debemos entender que la descarbonización es una meta de todo el sistema energético y no es únicamente algo que competa al mix eléctrico, comprender esto es lo más importante en la Transición Energética global que plantea el PNIEC», concluye.

 

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