El despliegue de instalaciones solares supera a la fabricación en las prioridades de la UE

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De pv magazine 07-08/23

China ha dominado la cadena de suministro de módulos solares durante los últimos 15 años, pero el statu quo está cambiando a medida que múltiples factores emergentes suponen una amenaza para la posición dominante del país. Entre ellos, el creciente escrutinio de la sostenibilidad y la trazabilidad de la cadena de suministro solar, junto con una creciente carrera mundial por las subvenciones, en la que Estados Unidos, India y la Unión Europea han anunciado planes para financiar a sus propios fabricantes.

Los mercados mundiales han recurrido recientemente a una serie de medidas políticas para apoyar directa e indirectamente el crecimiento de la fabricación fotovoltaica nacional, como la Ley de Reducción de la Inflación en Estados Unidos y el régimen de derechos de aduana básicos e incentivos vinculados a la producción en la India.

A nivel político, Europa va a la zaga. La iniciativa REpowerEU establece ambiciosos objetivos para 2030 en materia de energías renovables, pero no dice mucho sobre el apoyo a la fabricación local. La reciente propuesta de Ley de Industria Neta Cero (NZIA) pretende estimular la fabricación local. Aunque es un paso adelante, podrían pasar hasta dos años antes de que la Comisión Europea apruebe la política. En otras palabras, la Unión Europea ha fijado objetivos muy ambiciosos para las instalaciones de energías renovables en Europa hasta 2030, pero esos objetivos no aumentarán automáticamente la demanda de productos fabricados localmente.

Contraste estadounidense
Estados Unidos va por delante en cuanto a calendario y apoyo financiero, por lo que los incentivos estadounidenses tienen el potencial de convertirse en un riesgo para la fabricación europea a escala, puesto que el país ya está captando recursos de inversión de los principales actores. Este riesgo aumenta cuanto más se tarde en concretar la política y los incentivos de la UE.

En este contexto, la UE se ha fijado como objetivo una autosuficiencia mínima del 45% en todos los nodos de fabricación, a pesar de que en la actualidad casi no hay capacidad de procesar lingotes u obleas de polisilicio en Europa. Para alcanzar estos objetivos sería necesario construir más de 40 GW anuales de capacidad de producción de lingotes, obleas y células, además de otros 30 GW de capacidad de producción de módulos. Para acercarse a este ambicioso objetivo, la Unión Europea tendría que introducir una combinación de elevados incentivos a la fabricación y barreras a la entrada de importaciones de bajo coste (como el mecanismo de ajuste de las emisiones de carbono en frontera propuesto para castigar los productos con mayor huella de carbono), así como establecer cuotas de contenido local en las licitaciones públicas.

Diferencias de costes
La gran diferencia de costes de producción entre regiones es el mayor reto que hay que superar para impulsar la fabricación local de módulos en la cadena de suministro. Un reciente informe de S&P Global Commodity Insights reveló que los costes de producción en Europa podrían ser hasta un 50% más elevados que en China continental, sobre todo debido al aumento de los precios de la energía y de los costes laborales en la UE.

El reciente entorno de bajos precios de los módulos podría convertirse en otro obstáculo inesperado para la deslocalización de las cadenas de suministro de módulos europeas. Los altos precios del polisilicio han mantenido elevados los costes de los módulos en los dos últimos años, acortando las distancias entre las ubicaciones de fabricación más baratas de China continental, el Sudeste Asiático y otras regiones (incluidas Europa y EE.UU.). Si vuelven los precios bajos de los módulos, la deslocalización de la cadena de suministro de módulos será cada vez más difícil.

Sin embargo, los fabricantes locales podrían ser competitivos en otras dimensiones. Los costes de producción de módulos en Europa son más elevados que en otras regiones, pero pueden presentar ventajas debido a la menor intensidad de carbono de los productos finales. Esta dimensión de sostenibilidad será especialmente relevante dada la actual tendencia a gravar los materiales y componentes importados con mayor huella de carbono. Los gobiernos europeos también podrían establecer cuotas de contenido local y bajo en carbono en los concursos públicos: la actual propuesta de la NZIA incluye una cláusula relacionada con la huella de carbono y el origen de los equipos para los concursos públicos, además de un sistema de puntuación de la sostenibilidad y la resiliencia de entre el 15% y el 20%.

Otra dimensión en la que los fabricantes de la UE pueden ser competitivos se refiere a la tecnología. Existen oportunidades para que los fabricantes de la UE lideren el desarrollo de nuevas tecnologías, como la perovskita o las nuevas tecnologías de obleas, con métodos de producción de menor coste y mayor eficiencia. En varios mercados europeos han surgido asociaciones destinadas a comercializar células y módulos de nueva generación basados en la tecnología tándem silicio-perovskita. Estas asociaciones de investigación en curso podrían promover el liderazgo tecnológico europeo en la tecnología emergente de células y obleas, permitiendo un menor coste nivelado de la energía y reduciendo el riesgo de la cadena de suministro.

A pesar de la incertidumbre política, en mayo se anunciaron en Europa unos 20 GW de capacidad de fabricación de módulos, a los que hay que añadir una oleada de nuevos anuncios en las últimas semanas. Estas cifras evidencian una nueva actividad de fabricación en mercados como Rumanía, Alemania, Francia e Italia. Sin embargo, aunque todos estos anuncios entraran en funcionamiento, Europa seguiría dependiendo en gran medida de las células importadas de China continental o de los países del sudeste asiático.

Los recientes debates en la feria Intersolar Europe confirmaron esta opinión. Pocas de las principales partes interesadas del sector (promotores, empresas de servicios públicos, inversores, empresas de la cadena de suministro) esperan que se produzca una deslocalización importante de la capacidad de la cadena de suministro de módulos en los próximos años. La opinión general del sector es que la Unión Europea dará prioridad a la consecución de los ambiciosos objetivos de despliegue de energías renovables hasta 2030, por delante de las ambiciones de deslocalización de la fabricación que encarecerían la transición energética.

Sobre la autora: Edurne Zoco es directora ejecutiva del grupo Clean Energy Technology de S&P Commodity Insights. Dirige investigaciones sobre energía solar fotovoltaica, cadenas de suministro y secuestro de carbono. Lleva más de una década trabajando en el sector fotovoltaico y ha elaborado modelos de desglose de costes, informes de evaluación comparativa de empresas, previsiones de precios, análisis de la cadena de suministro y perspectivas tecnológicas. Ha participado en importantes eventos y conferencias del sector desde 2007 y sus comentarios y análisis aparecen con regularidad en informes del sector y en los principales medios de comunicación. Zoco es doctora por la Universidad de Notre Dame (EE.UU.).

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