A principios de este año, la administración Biden dijo que aumentaría los aranceles para las baterías de iones de litio no destinadas a vehículos eléctricos del 7,5% al 25% en 2026, en un intento de aislar de China sus ambiciones en materia de cadena de suministro. Sin embargo, las células de baterías LFP importadas de China podrían seguir siendo competitivas en precio.
Según la consultora londinense Rho Motion, las celdas de baterías de litio hierro fosfato (LFP) de gama baja procedentes de China con el arancel incrementado seguirán siendo probablemente más baratas que algunos productos fabricados en Estados Unidos.
A principios de este mes, la consultora publicó el informe Rho Motion Q3 BESS outlook, en el que analizaba de cerca los aranceles estadounidenses sobre las baterías y su posible impacto en el mercado de los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS).
«En la actualidad, los precios se sitúan en torno a los 60 dólares/kWh (precio de la célula + envío + tarifa actual); en 2026, el incremento se deberá al aumento de la tarifa al 25%», explica Iola Hughes, responsable de investigación de Rho Motion, a pv magazine ESS News.
La subida de tarifas entrará en vigor en enero de 2026. Sin embargo, las próximas elecciones en EE.UU. influirán significativamente en el resultado de los precios de la energía solar fotovoltaica.
Rho Motion calcula que bajo la administración Trump el precio de las células LFP podría dispararse hasta casi 100 dólares/kWh y alcanzar una media de 84 dólares/kWh. Esto se basa en las importantes subidas de aranceles propuestas como parte de su campaña presidencial, sugiriendo un «arancel de más del 60% sobre todas las importaciones chinas.»
Como se observa en el gráfico anterior, la consultora asume que el precio de la célula LFP de 314 Ah procedente de China (excluyendo el envío y los aranceles) se mantendrá en el mismo nivel hasta 2026. Esto se basa en las expectativas de que el precio del litio no experimente un repunte significativo en los próximos años, ya que no se prevé que el mercado vuelva a ser deficitario hasta 2027.
El gráfico pone de relieve la posibilidad de que las fluctuaciones de precios den lugar a una horquilla bastante amplia, que procede de las variaciones observadas en el precio de las células, con precios de las células LFP en China de entre 45 dólares/kWh y 70 dólares/kWh.
«En el sector se debate mucho sobre la realidad de estos precios, su sostenibilidad y si los operadores están vendiendo a pérdida para ganar cuota de mercado», afirma Hughes.
Dentro de dos años, la producción de LFP acabará de empezar en EE.UU. respaldada por el Crédito Fiscal a la Producción (PTC) de la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 (IRA), que proporciona 35 dólares/kWh para la fabricación de células. Sin embargo, existe la posibilidad de que los precios suban considerablemente, ya que los agentes locales necesitarán tiempo para aumentar la producción, sobre todo los que no tienen mucha experiencia previa en la fabricación de baterías.
«Vemos la posibilidad de que las LFP fabricadas en EE.UU. sean más baratas debido a la desgravación fiscal a la inversión y al impacto del arancel, aunque es probable que esto sea difícil para algunos fabricantes, que estarán en sus primeros años de rampa, lo que hará que algunas células chinas sigan siendo más baratas», dijo Hughes.
Según Hughes, es probable que empresas como AESC, con la transferencia de conocimientos técnicos desde China, puedan producir a un coste inferior desde una fase temprana. Sin embargo, en última instancia, es probable que las baterías LFP de gama baja procedentes de China, con el aumento de aranceles, sigan siendo más baratas que algunas baterías LFP fabricadas en Estados Unidos en 2026.
En la actualidad, todo el suministro de baterías LFP a EE.UU. procede exclusivamente de China, pero en 2026 será diferente. En la actualidad, hay una serie de instalaciones nacionales dedicadas a abastecer el mercado de almacenamiento planificadas por fabricantes de células establecidos y empresas de baterías de nueva creación, pero algunas ya han encontrado los primeros obstáculos.
«Traer LFP a EE.UU. no será una tarea sencilla, y ya hemos visto retrasos anunciados por algunos actores, como LG Energy Solution en Arizona», afirma Hughes.
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