Retrasar la integración podría poner en peligro hasta un 15% de la generación fotovoltaica y eólica en 2030, dice la AIE

La AIE ha publicado el que afirma ser «el primer balance mundial de las medidas para integrar las energías renovables variables en 50 sistemas eléctricos», en el que identifica las mejores prácticas y los principales desafíos.

septiembre 30, 2024 Pilar Sánchez Molina

Fuente y gráfico: AIE

Entre 2018 y 2023, la capacidad solar fotovoltaica y eólica en todo el mundo se ha duplicado con creces, así como su participación en la generación de electricidad; y se prevé que la capacidad de estas fuentes renovables siga expandiéndose rápidamente hacia 2030.

Sin embargo, estas fuentes de energía renovable variable (ERV) deben estar bien integradas en los sistemas eléctricos a medida que se despliegan o se desperdiciarán. Según el informe Integrating Solar and Wind: Global experience and emerging challenges, que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha publicado este mes septiembre, si se retrasa la aplicación de medidas de apoyo a la integración, la generación de electricidad a partir de energía solar fotovoltaica y eólica podría ser un 15% inferior en 2030 y recortar cinco puntos porcentuales su cuota en el mix eléctrico mundial.

“Si las medidas de integración no se aplican de acuerdo con un escenario alineado con los objetivos climáticos nacionales, hasta 2.000 TWh de la generación mundial de ERV estarían en riesgo para 2030”, afirman.

Para desarrollar el informe, la AIE ha llevado a cabo el que denomina zomo “primer inventario mundial de las medidas de integración en 50 sistemas energéticos, que en conjunto representan casi el 90% de la generación solar fotovoltaica y eólica mundial actual”.

Según el análisis, para escenarios de media penetración, medidas bien conocidas y probadas, como el aumento de la flexibilidad de los activos existentes y la mejora de las previsiones, aplicadas gradualmente a medida que surja la necesidad, suelen ser suficientes para impulsar el despliegue renovable sin introducir cambios radicales en todo el sistema. Los retos más difíciles suelen plantearse con una mayor penetración de la energía solar fotovoltaica y eólica. “El cómo resuelvan estas situaciones los sistemas más avanzados, como los de Dinamarca, Irlanda, Australia Meridional y España, contribuirá a allanar el camino a los demás”, explica la Agencia.

Según el informe, la mayoría de las soluciones tecnológicas para hacer frente a los retos actuales están maduras o próximas a su madurez, y su implantación con éxito suele depender más de las medidas políticas y reguladoras adecuadas que de los nuevos avances tecnológicos.

Entre las soluciones tecnológicas para mejorar la estabilidad del sistema eléctrico, la Agencia menciona el almacenamiento hidroeléctrico por bombeo, Condensadores síncronos, STATCOM (condensadores síncronos y compensadores síncronos estáticos), BESS con gridforming y VRE con gridforming. La primera propuesta está madura –pero su implementación requiere un tiempo de construcción de hasta 10 años–; las tres siguientes, en periodo de integración en el mercado y la última opción está en fase de prueba.

Para 2028, una serie de países, como el Reino Unido, España, Chile, Alemania y Dinamarca, alcanzarán según las previsiones de la AIE «porcentajes anuales sin precedentes de generación procedente de centrales eólicas y solares, algunos por encima del 65%. Este desarrollo exige una mejor comprensión de cómo esto podría afectar aún más a los sistemas eléctricos, y qué medidas pueden tomarse en varios frentes para garantizar que esos niveles más altos de VRE se integren de forma asequible y segura», explican, y concluyen que «los principales retos son un enfoque en la estabilidad del sistema y una mayor necesidad de flexibilidad en todas las escalas temporales”.

Entre los elementos esenciales figuran la modernización de las prácticas de explotación de los sistemas, la mejora de la planificación estratégica y la revisión de los marcos reguladores. “El diseño del mercado también debe evolucionar para adaptarse a las características únicas de las redes dominadas por la energía solar y eólica, las nuevas tecnologías y el nuevo papel de la generación convencional como proveedor de servicios esenciales del sistema, en lugar de energía”, dice la AIE. Esto incluye el desarrollo de nuevos métodos para adquirir y recompensar los servicios necesarios del sistema, garantizando que se mantengan y evolucionen según sea necesario. «Aunque los sistemas punteros han realizado progresos significativos, no existen hoy todas las respuestas para los futuros niveles muy altos de penetración de la VRE, y las medidas que tomen los pioneros allanarán el camino a los demás», finalizan.

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