Los republicanos han ganado las elecciones en Estados Unidos, y Donald Trump será presidente. Mientras que el promedio industrial DOW Jones subió un 3% a máximos históricos en la sesión de negociación posterior al día de las elecciones, las acciones solares y de energía limpia se han desplomado fuertemente.
El 6 de noviembre, el ETF Invesco Solar (TAN) ha caído un 11%, el principal fabricante estadounidense First Solar ha bajado un 12%, los fabricantes de inversores Enphase y SolarEdge han caído aproximadamente un 19%, el instalador de energía solar residencial Sunrun ha bajado un 26% y su competidor Sunnova se ha desplomado más de un 40%. El fabricante de seguidores solares Nextracker ha caído alrededor de un 6,5%, mientras que su competidor Array Technologies se ha desplomado casi un 20%.
Las acciones han caído en respuesta a la posibilidad de derogación de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de 2022, incluidos elementos centrales de la política como el Crédito Fiscal a la Inversión del 30%. Si bien los analistas han argumentado que es poco probable que la IRA se derogue por completo, ya que ha creado empleos e inversiones principalmente en estados controlados por republicanos, la administración Trump ha expresado su oposición a la política industrial. La administración Trump dijo que «terminaría con la nueva estafa verde de Kamala Harris y rescindiría todos los fondos no gastados».
Otra política básica de energía limpia amenazada es la Oficina del Programa de Préstamos (LPO, por sus iniciales en inglés) del Departamento de Energía (DOE), que este año disponía de más de 130.000 millones de dólares de autoridad de préstamo dedicada a tecnologías de energía limpia.
Muchas empresas de energías limpias han confiado en el apoyo de la LPO del DOE. Por ejemplo, el Proyecto Hestia de Sunnova, un programa de energía solar residencial para personas con bajos ingresos, recibió una garantía parcial de préstamo de 3.000 millones de dólares.
Proyecto 2025, un documento creado por la Fundación Heritage –el think tank más influyente de la derecha estadounidense– tiene planes para «poner fin a la autoridad de préstamos del DOE a través del Congreso y, finalmente, eliminar la Oficina de Programas de Préstamos».
Más allá de las líneas partidistas, está claro que los votantes estadounidenses apoyan la fabricación de energía solar y limpia. Casi 9 de cada 10 (87%) de los votantes estadounidenses encuestados apoyan los créditos fiscales federales para energías limpias en la Ley de Reducción de la Inflación, incluido el 78% de los votantes de Trump.
A pesar de la caída de todo el mercado en la actualidad, los líderes de la industria solar se han mantenido optimistas de que las ventajas tecnológicas y de costes de la energía solar y el almacenamiento de energía continuarán apoyando la transición energética.
«La marcha hacia las energías limpias renovables es tanto inevitable como lo correcto. Ocurrirá independientemente de quién esté en la Casa Blanca o en el Congreso. Puede ralentizarse o acelerarse, pero continuará», afirma JD Dillon, director de marketing del fabricante de componentes solares Tigo Energy.
En el primer semestre de 2024, la energía solar representó el 67% de toda la nueva capacidad de generación de electricidad añadida a la red estadounidense. Se han anunciado inversiones por valor de más de 100.000 millones de dólares en la fabricación de energías limpias, la gran mayoría de ellas en distritos republicanos del Congreso.
E2 informa de que se han anunciado inversiones por valor de 106.000 millones de dólares en fabricación de energías limpias en distritos republicanos, lo que supondrá unos 73.515 puestos de trabajo. Esta cifra eclipsa los 18.000 millones de dólares anunciados en distritos demócratas, que crearon algo menos de 30.000 puestos de trabajo. A pesar de los sentimientos contrarios a la inversión en energía limpia expresados por la administración Trump, los miembros republicanos del Congreso pueden luchar para mantener las políticas de IRA en sus distritos para mantener los empleos y la inversión.
«La fabricación nacional de energía solar se ha multiplicado por cuatro bajo las políticas federales de energía limpia favorables a las empresas, y pronto, tendremos suficientes paneles solares fabricados en Estados Unidos para satisfacer nuestra demanda de despliegue solar», dijo Abigail Ross Hopper, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Industrias de Energía Solar (SEIA), en un comunicado publicado tras la victoria de Trump. «Casi 9 de cada 10 estadounidenses apoyan estas políticas, que están levantando comunidades en estados como Ohio, Texas, Georgia y Carolina del Sur con miles de puestos de trabajo y miles de millones de dólares en inversiones».
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