El sector fotovoltaico europeo frena su crecimiento y SolarPower Europe revisa sus previsiones a la baja

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Después de cuatro años de crecimiento vertiginoso, el sector fotovoltaico de la UE ha sufrido la primera ralentización en su despliegue de la década de 2020, cuando el crecimiento del 53% en 2023 ha pasado al 4% en 2024. Esto representa una ralentización del crecimiento solar del 92%.

El informe anual de SolarPower Europe EU Market Outlook for Solar Power 2024-2028 recoge que en 2024 se han instalado 65,5 GW (DC) de energía solar, cantidad que supera por muy poco el récord de 62,8 GW de nueva potencia añadida de 2023. El parque solar total de la UE asciende ahora a 338 GW, y cuadruplica así los 82 GW de hace una década.

La ralentización se produce a pesar de la caída de los precios de los componentes solares y la reducción de los costes iniciales de las instalaciones solares. Los proyectos solares en suelo a gran escala experimentaron un descenso medio del coste del 28% en 2024. A pesar del menor coste del capital, la inversión solar cayó por primera vez en la década de 2020, y pasó de los 63.000 millones de euros en 2023 a 55.000 millones de euros en 2024.

En cuanto a la solar en los tejados, el informe atribuye el limitado crecimiento a la resolución temporal de la crisis del gas. Ahora que la situación no impacta tanto en los precios, es probable que las instalaciones solares de mayor tamaño crezcan más rápido que las de tejados en la UE en la segunda mitad de la década.

En términos más generales, la ralentización del mercado se atribuye a las condiciones del sistema. La tasa de electrificación de Europa se ha estancado en el 23% en los últimos cinco años, siendo que la Alianza para la Electrificación reclama un 35% de electrificación para 2030.
Al mismo tiempo, la flexibilidad del sistema debe funcionar rápidamente para ponerse a la altura del despliegue solar. Un sistema flexible y electrificado reducirá en un 25% los precios de la energía en el horizonte de 2030 y aumentará en un 71% la rentabilidad de la energía solar. Entre otras herramientas de flexibilidad, esto requerirá multiplicar por 16 los 48 GWh actuales de almacenamiento en baterías en la UE hasta alcanzar los 780 GWh en 2030.

Previsiones a la baja

De cara al futuro, las perspectivas son menos halagüeñas de lo previsto. Para 2028, el sector podría estar instalando 82 GW al año, con un crecimiento anual de sólo un dígito, entre el 3 y el 7%. Para 2030, el escenario «medio» más probable prevé 816 GW de capacidad solar total en la UE, un 8% menos que la estimación de 890 GW de SolarPower Europe hace sólo seis meses. “Además, por primera vez, nuestro escenario bajo para 2030 advierte de que Europa podría incumplir su objetivo REPowerEU de 750 GW y alcanzar sólo 650 GW”, señala la asociación.

No obstante, la modelización muestra que más energías renovables, electrificación y flexibilidad pueden impulsar la competitividad europea, pues reducirán los precios medios de la energía en un 25% para 2030 y en un 33% para 2040. Al mismo tiempo, los precios de captación solar serán un 71% superiores en 2030 en comparación con la situación de referencia, y un 54% superiores en 2040, lo que favorecerá el crecimiento sostenible de los promotores de proyectos solares.

Walburga Hemetsberger, consejera delegada de SolarPower Europe, señala que “Europa necesita instalar alrededor de 70 GW anuales para alcanzar sus objetivos de 2030; debemos plantearnos medidas correctoras ahora, antes de que sea demasiado tarde”.

España: las subastas que no llegan

En 2023 se han instalado alrededor de 7,3 GW (AC) de potencia fotovoltaica en suelo en España, lo que supone un incremento del 30% respecto a 2022. De enero a octubre de 2024 se han instalado otros 3,8 GW. Esta capacidad se ha desarrollado sin ayudas ni subvenciones para las centrales en tierra. Las subastas se han pospuesto, pero el volumen de PPA ha crecido significativamente en los últimos años, aunque se observa un ligero descenso en 2023. Los precios de los PPA en España promediaron 38,5 EUR/MWh en 2023, uno de los más bajos de Europa. En cambio, el precio del mercado al contado fue significativamente superior, con una media de 87,1 EUR/MWh, según OMIE.

Aunque 2023 fue el segundo mejor año registrado en instalaciones totales, éstas cayeron un 32% en comparación con 2022, y la tendencia a la baja continuó en 2024. El año pasado se instalaron en España un total de 1,7 GW de capacidad de autoconsumo.

No obstante, el año pasado, la tecnología solar fotovoltaica representó el 14% del mix eléctrico español, y en lo que va de 2024, la cuota ha aumentado hasta el 18%. Además, España ha mantenido su condición de exportador neto de electricidad, con un saldo neto total de 8,4 TWh en 2024.

A pesar de que las cifras se ralentizan, este 2024 se aprobaron los nuevos objetivos del Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) de España. Este establece el objetivo de alcanzar una capacidad fotovoltaica total instalada de 76 GW (AC) en 2030, con 57 GW procedentes de instalaciones en suelo y otros 19 GW de autoconsumo.

El objetivo de capacidad de almacenamiento es de 22,5 GW para 2030, y el objetivo de capacidad de almacenamiento de hidrógeno de 12 GW.

Según el informe, en el que el análisis de España ha sido redactado por José Donoso y Martín Behar, Director General y Director de Investigación y Asuntos Medioambientales de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), “la aplicación del PNIEC en España plantea múltiples retos que requieren una respuesta firme y coordinada de las instituciones y partes interesadas”.

Entre ellos se encuentran los complejos procedimientos administrativos en la tramitación de proyectos.

Por otro lado, existe una gran preocupación en relación con la gestión de los procedimientos administrativos para las licitaciones de capacidad, tanto para la demanda como para la oferta.

La integración de las energías renovables en la red es otro reto técnico de crucial importancia. Este reto requiere importantes inversiones en infraestructuras, especialmente en mecanismos de almacenamiento y tecnologías de hidrógeno verde que aporten flexibilidad y estabilidad al sistema eléctrico.

Además, la aceptación social de los proyectos de energías renovables sigue siendo una cuestión delicada, sobre todo en las zonas rurales, donde las instalaciones a gran escala a menudo se enfrentan a la oposición local.

El sistema de fijación de precios de la energía es otro ámbito que requiere una reforma urgente, ya que el mercado no refleja adecuadamente los precios de las energías renovables.

Para ofrecer previsibilidad y estabilidad tanto a los inversores como a los consumidores, los calendarios de las subastas –suspendidas sin fecha a la vista– deben ser estables y los volúmenes deben fijarse en función de los objetivos del PNIEC.

Por último, existe un reto importante en relación con la electrificación de la economía española.

En conclusión, el mercado de la energía solar fotovoltaica en España ha alcanzado la madurez en los últimos años, posicionando al país como uno de los líderes en la transición europea hacia las energías renovables, pero “la desalineación del sistema de precios con las características del mercado crea retos que podrían obstaculizar el ritmo de la transición ecológica si no se toman las medidas oportunas”.

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