La empresa estadounidense Maxar Technologies utilizó imágenes por satélite con una resolución de 31 cm a 15,5 cm para identificar sistemas fotovoltaicos en tejados del sur de Alemania. La empresa afirma que su nuevo método permitió identificar el 97,8% de las instalaciones solares con un alto grado de fiabilidad.
Un equipo de investigación franco-español ha desarrollado módulos fotovoltaicos orgánicos incrustados en piezas de plástico mediante moldeo por inyección de alto rendimiento. Los investigadores inyectaron poliuretano termoplástico en los módulos y comprobaron que mejora su estabilidad mecánica manteniendo una gran flexibilidad.
Investigadores surcoreanos han desarrollado un método de predicción de la irradiancia solar a largo plazo basado en un algoritmo de aprendizaje por refuerzo. Afirman que el nuevo modelo es capaz de pronosticar la radiación solar durante más de un año utilizando sólo dos semanas de aprendizaje sobre la radiación solar.
Un grupo de investigación español afirma que las variaciones del flujo de aire en distintas partes de las plantas solares también podrían provocar pérdidas por desajuste. En estudios anteriores sólo se han analizado las ventajas de una elevada velocidad del viento sobre los paneles fotovoltaicos, que mejora la refrigeración de los módulos.
Un equipo de investigadores españoles ha desarrollado un modelo matemático horario que, al parecer, permite la gestión óptima de instalaciones de generación renovable conectadas a la red y de almacenamiento de energía hidroeléctrica por bombeo con turbina de bombeo reversible.
Investigadores marroquíes han estudiado el potencial de ahorro energético de los sistemas fotovoltaicos integrados en paredes de materiales de construcción biológicos en zonas rurales. Afirman que las casas de tierra alimentadas con energía solar podrían alcanzar un coste nivelado de la electricidad (LCOE) de 0,218 dólares/kWh.
Investigadores británicos han desarrollado nanoribbones ultrafinos, de sólo un átomo de grosor, mediante la combinación de aleaciones de fósforo y arsénico. Los nanoribbones ofrecen una conductividad excelente, incluso a temperaturas superiores a -143,15 ºC, y tienen el potencial de mejorar el flujo de carga en las células solares.
Investigadores de los Países Bajos han evaluado la posible integración de bombas de calor, vehículos eléctricos y sistemas fotovoltaicos en las redes de distribución. Han descubierto que las redes suburbanas podrían correr un mayor riesgo de sobrecarga.
Una revisión científica de la predicción solar con visión por ordenador y tecnología de aprendizaje profundo identifica áreas de mejora y pide más colaboración entre los desarrolladores de proyectos y los operadores de red.
Un grupo de investigación sueco ha descubierto que utilizar el aprendizaje automático profundo para identificar sistemas de energía solar en imágenes aéreas puede no ser tan preciso en países no densamente poblados como Suecia. Sin embargo, también han descubierto que esta técnica puede entrenarse mediante un proceso iterativo y lograr resultados satisfactorios.
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