En Cataluña, 2,2 millones de hogares se encuentran en edificios de más de 3 viviendas, según datos del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat). Lo que quiere decir que un 76% de los catalanes viven en pisos, mientras que la media del resto del país se sitúa en un 65%, según Funcas. En un comienzo de año en el que la factura de la luz se ha encarecido en un 13% según la OCU, el autoconsumo solar en comunidades de vecinos emerge como una solución para generar un ahorro económico y ambiental.
Samara, compañía de energía solar que opera en Cataluña desde su nacimiento, ha presentado su “Barómetro: Radiografía del autoconsumo solar en Cataluña en comunidades de vecinos 2024”. Los datos evidencian el importante ahorro y rentabilidad de la que se beneficiaron los catalanes que instalaron paneles solares en sus edificios durante el año pasado.
Más de 700 euros de ahorro en la factura de la luz
El Barómetro de Samara muestra cómo dos de cada tres proyectos realizados en edificios son instalaciones individuales en pisos. Para estos, los catalanes realizaron una inversión media de 5.541 euros, ligeramente por debajo de la cifra media española (5.672 euros). Según Manel Pujol, cofundador de Samara, con estas instalaciones “los propietarios pueden llegar a ahorrar en la factura de la luz de 737 euros al año, es decir, un 79% de la factura media anual”.
El resto de instalaciones solares en Cataluña fueron instalaciones colectivas (19%), que combinan la cobertura a zonas comunes y el consumo de varios pisos, y una minoría (15%) cubrió sólo zonas comunes. En el caso de las primeras, la inversión fue en 2024 de 1.642 euros por vecino, generando un ahorro individual del 65% en la factura. Por otro lado, los proyectos para las zonas comunes generan un importante ahorro por propietario con una inversión muy controlada, de 1.131 euros, con un ahorro estimado en la factura comunitaria del 80%.
Para Pujol, “Cataluña es un territorio óptimo para instalar autoconsumo en comunidades de vecinos, tal y como demuestra el importante ahorro y el bajo periodo de amortización, por debajo de los 7 años para las instalaciones individuales en pisos”.
Recuperación del 57% de la inversión inicial en pisos
Los datos del Barómetro de Samara destacan también el importante papel de las ayudas vigentes a la instalación en pisos, que cubren el 57% de la inversión inicial. La suma de incentivos del Gobierno central, Generalitat y ayudas municipales cubren un importe de 3.154 euros de media en este tipo de instalaciones. Este porcentaje se sitúa también por encima de la media de toda España, que fue del 50,2%.
Hace tan solo unas semanas, el Gobierno central anunció la prórroga para las deducciones por obras de mejora energética que, en algunos casos, podrían llegar hasta el 60% (cuando las actuaciones reduzcan un 30% el consumo de energía). En paralelo, la Generalitat de Cataluña acaba de ampliar su plan de ayudas a mejoras de eficiencia energéticas en viviendas a todo 2025.
Por último, algunos municipios catalanes mantienen bonificaciones en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para aquellas viviendas que incorporen instalaciones fotovoltaicas. En buena parte de los casos, los descuentos alcanzan el 50% durante varios ejercicios fiscales, como se puede comprobar en el mapa interactivo de l’Associació Nacional d’Autoconsumidors (ANA).
Un 2025 de crecimiento en comunidades de vecinos
Con la aprobación de la Directiva Europea de Eficiencia en Edificios en marzo de 2024, que fomenta la adopción de sistemas renovables en estas construcciones, y el nuevo decreto de autoconsumo que ya prepara el Ministerio de Transición Ecológica para 2025, es probable que pronto lleguen nuevas medidas que incentiven la adopción de autoconsumo solar en los edificios catalanes.
Mientras, Pujol señala que “es importante mostrar las buenas cifras de rendimiento y ahorro que generan ya la instalaciones en Cataluña, así como dar a conocer los requisitos de acuerdo vecinal para instalar, que son bastante más laxos, para animar así a más familias a dar el primer paso en su camino hacia la transición verde”.