El papel de la fotovoltaica en la Agenda 2030

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Desde Greenvolt Next España, compañía dedicada a la producción de energía a través de paneles fotovoltaicos para empresas, queremos resaltar el papel que tiene este tipo de energía renovable en la transición energética tan necesaria para cumplir con los objetivos establecidos por las Naciones Unidas para el futuro de nuestro planeta.

La Agenda 2030, dedicada a los desafíos de Desarrollo Sostenible, nace de una necesidad por enfrentarse a un problema tan relevante como es la alerta climática. Es necesaria una gran cantidad de combustibles fósiles para generar la energía que se utiliza en el día a día, pero no es común pensar en las alternativas que existen a la hora de contribuir a la descarbonización y la transición energética, y aquí es donde entra en juego la energía solar.  En este sentido, la Agenda 2030 recoge dos puntos concretos dedicados a la energía renovable:

Por un lado, como dicta el punto 7 de los objetivos de Desarrollo Sostenible, garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna; y, por otro lado, recogido en el punto 13, adoptar medidas urgentes y combatir el cambio climático junto con sus efectos. Si nos basamos en los datos del Plan de Acción para la Implementación de la Agenda 2030, la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero se imputan al sistema energético con un 75%. Ahondando en la situación en España, aún no existe una independencia en el crecimiento de la economía de las emisiones de estos gases. Lejos de la realidad medioambiental, las energías fósiles en España representaron el 71,96% de la energía primaria en 2021.

Por todo ello, la fotovoltaica tiene un papel muy importante dentro de las soluciones que se plantean y forma parte de las prioridades de la Agenda 2030 para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Este tipo de fuente renovable, que es capaz de generar electricidad directamente de la luz solar, puede implementar grandes beneficios, no solo de carácter medioambiental reduciendo emisiones, sino también de carácter económico generando empleo, reduciendo la dependencia exterior y mejorando la balanza de pagos.  A medida que la tecnología fotovoltaica incremente su rentabilidad y disponibilidad, crecerá también su potencial como principal fuente de energía con bajas emisiones de carbono.

Otro de los puntos clave de la Agenda 2030 es garantizar el acceso a la energía a todos los ciudadanos de forma igualitaria. Si se tienen en cuenta aquellas personas que no pudieron poner la temperatura de su casa a un nivel adecuado, o simplemente se retrasaron en el pago de algún recibo, es posible afirmar que la pobreza energética ha sido un problema muy recurrente.

Así, la visión que se tiene de este cambio es que sea equitativo y recoja a aquellos con mayor dificultad. Un hecho en el que la energía solar tiene gran repercusión pudiendo crear un sistema energético más eficiente y seguro, que podría reconducir la dependencia energética exterior hacia un modelo energía renovable del que, por suerte, disponemos en nuestro territorio. Según el Informe sobre la Aproximación al Potencial Fotovoltaico en España, existen suficientes territorios como para desarrollar proyectos masivos de plantas fotovoltaicas con impacto medioambiental sobre la biodiversidad.

Aunque aparentemente la Agenda 2030 plantee un escenario idílico debido a la evolución del cambio climático, el desarrollo de la tecnología fotovoltaica está evolucionando aún más rápido. El liderazgo de la fotovoltaica en el sistema energético, que en 2022 alcanzó una potencia instalada en España de 19.800 megavatios, casi 4.500 MW por encima de la registrada tan solo un año antes, es una parte muy importante de la transición energética y está a un solo paso de convertirse en el día a día de muchos. Un pequeño cambio en la forma de producir energía podría suponer una gran oportunidad de beneficiarse de un escenario, no ya idílico, sino real en términos de sostenibilidad, economía e igualdad de derechos.