En el contexto de la transición energética y la creciente demanda de soluciones sostenibles, las empresas instaladoras de autoconsumo fotovoltaico se encuentran en un punto de inflexión. Este sector, fundamental para reducir la huella de carbono y democratizar el acceso a la energía renovable, se enfrenta a retos significativos que dependen en gran medida de la regulación y el apoyo institucional. Por ello, las solicitudes que las empresas están dirigiendo cuando se restaure la Comisión Nacional de la Energía son fundamentales para garantizar el desarrollo eficiente y sostenible del autoconsumo en España.
Para Salvador Cámara, CEO de AvantForce, una de las principales solicitudes es la necesidad de un marco regulatorio claro y estable. «Aunque España ha avanzado considerablemente en la eliminación de barreras, todavía existen lagunas y ambigüedades que generan inseguridad económica y jurídica. Aspectos como la compensación por excedentes, las normativas de conexión a la red y los procedimientos administrativos deben ser más uniformes y transparentes».
En este sentido, los tiempos de espera para obtener los permisos necesarios para una instalación de autoconsumo son otro obstáculo importante. Por ello, las empresas solicitan a la CNE que colabore con las administraciones locales y autonómicas para digitalizar y centralizar los trámites.
En países como Alemania y Portugal, la digitalización de los procesos de autorización ha permitido reducir los tiempos de tramitación hasta en un 40%. Estas medidas no solo agilizan los proyectos, sino que también aumentan la transparencia y reducen el riesgo de errores administrativos.
Esto no solo reduciría los plazos, sino que también mejoraría la eficiencia operativa, beneficiando tanto a los instaladores como a los consumidores finales.
Otro aspecto importante son los incentivos económicos como las ayudas directas, deducciones fiscales y programas de financiación, que son esenciales para impulsar el autoconsumo. Las empresas instaladoras destacan la importancia de que estos mecanismos sean consistentes a lo largo del tiempo. Cambios frecuentes en las políticas de apoyo generan incertidumbre y dificultan la planificación de proyectos a medio y largo plazo. «La CNE en colaboración con otros órganos gubernamentales, debería garantizar que los incentivos se mantengan y evolucionen de manera coherente con los objetivos climáticos nacionales», matiza Salvador Cámara.
Otro punto crítico es el acceso a la red eléctrica. Las instaladoras piden que la CNE supervise y garantice que las distribuidoras no impongan condiciones excesivas, ni discriminen a los usuarios de autoconsumo.
En algunos casos, los pequeños productores han enfrentado dificultades para conectar sus instalaciones a la red debido a requisitos técnicos poco claros o tarifas desproporcionadas impuestas por las distribuidoras. La intervención de la CNE sería clave para asegurar un acceso equitativo a la red.
La capacidad de inyectar excedentes en la red debe ser accesible y justa para todos los productores, independientemente de su tamaño o ubicación geográfica.
Por otro lado, además de los aspectos técnicos y económicos, hay que subrayar la importancia de una mayor sensibilización social sobre los beneficios del autoconsumo fotovoltaico. En este sentido, la restaurada CNE deberá colaborar en campañas informativas que promuevan un cambio cultural hacia el uso de energía renovable.
Una campaña informativa eficaz podría incluir la colaboración con asociaciones de consumidores y medios locales para difundir los beneficios económicos y medioambientales del autoconsumo. Iniciativas similares en países como Italia han demostrado un impacto significativo en la adopción de estas tecnologías.
«La transición hacia un modelo energético más sostenible requiere un esfuerzo conjunto entre el sector privado, los consumidores y las instituciones públicas. Las demandas de las empresas instaladoras de autoconsumo fotovoltaico cuando se constituya la CNE no serán solo peticiones sectoriales; son, en esencia, un llamamiento para construir un sistema energético más justo, eficiente y alineado con los retos climáticos actuales», concluye el CEO de AvantForce.